El visionario que atendiendo a nuestro bien nos metió en el lío de Irak sin consultar a nadie, se destapa ahora –después de gobernar durante ocho años donde se produjeron más de un millón de accidentes de tráfico que costaron la vida a cerca de 45.000 personas- con que a él no le gusta que le digan que no puede ir a más de tanta velocidad y además le prohíben beber vino, y pide que dejen a los ciudadanos tranquilos para que decidan por sí mismos, porque en eso consiste la libertad y en eso consiste la responsabilidad individual. ¡Qué majo el tío!
Eso mismo debió pensar en marzo de 2004: Yo controlo
4.5.07
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