30.5.07

Ya han pasado las municipales ¿más de lo mismo?

Después de varios días dando vueltas a la cabeza sobre lo ocurrido el pasado domingo, voy también a dar mi punto de vista sobre lo que yo creo que se desprende de las elecciones municipales.

Primero, constatar la tendencia al alza de la abstención y del voto en blanco. Hablando sobre ello, Martí Roselló, hace un interesante análisis sobre el futuro de la clase política (profesional) y lo que él denomina la “clase electora”, una minoría de ciudadanos que condicionará a través del voto, las elecciones del futuro. El resto solamente se manifestará ante acciones que le toquen directamente.

Y a qué se debe esto? Mi primera conclusión es que los ciudadanos comienzan a entender el juego político de pactos, unos pactos que en la mayoría de los casos desnaturalizan las propuestas políticas de los partidos, con lo cual sabes que, casi con toda seguridad, no vas a obtener aquello por lo que apuestas, aunque ganes. Uno se acaba sintiendo traicionado, y el resultado es obvio: o te castigo o te ignoro.

Pero es más, para añadir complejidad al asunto, estos pactos, tampoco dependen exclusivamente de la realidad a la que se refiere la consulta, sino que en muchos casos estarán supeditados a factores de “alta política” que nada tienen que ver con tu día a día, ni posiblemente con el objetivo de la convocatoria. Alguien está jugando otra partida de ajedrez con nuestras piezas.

Quizás, aclarar esto con antelación –cual sería el programa de mínimos que uno vota en caso de no poder asumir completamente el ideal- aclararía algo estas situaciones y animaría a la gente a levantarse del sillón un domingo de elecciones. La otra solución, la lógica, pasaría por un cambio del sistema o de las normas electorales (donde ganaría sí o sí la lista más votada, o un sistema de doble vuelta, o ...) algo más sencillo y donde la gente supiese de antemano que su apuesta podía ser ganadora.

Otros aspectos interesantes que se me vienen a la cabeza: aquellos municipios donde se han denunciado casos de corrupción urbanística, los candidatos de la derecha han subido en votos. Tengo para mi que una gran mayoría de españoles ya descuentan un cierto grado de corrupción “en la derecha”, sobre todo en los pueblos. Toda la vida han tenido dinero, ellos o sus familias, que se lleven un poco más no es algo nuevo, ni es algo que escandalice a nadie. No digo que me guste, ni que no haya que denunciarlo, simplemente constato el hecho. Un hecho que a menudo de tapa con un poco de populismo, un par de proyectos que vengan bien al pueblo y con mantener cierto orden en la sociedad. En cambio, que eso pase en la izquierda se castiga, ¡uno de los nuestros! Es triste, pero es una realidad con la que hay que contar. El cambio solamente se producirá con el paso de generaciones. Y tampoco estoy tan seguro de ello.

Me hace cierta gracia (aunque a nivel ideológico y conceptual, más bien me da pena) cuando se hace el análisis de la victoria del PSOE en términos de poder. Hombre, si se hubiese ganado por mayorías absolutas lo aceptaría, pero ¡si va a tener que repartirlo en muchos casos con otras minorías! ¿qué poder es ese? Un poder envenenado. Hay una frase hecha, creo que iraní, que lo ilustra muy bien y que es algo así como “invitarle a uno a comer sopa ofreciéndole una cuchara ardiendo”.

Vengo diciendo hace tiempo que los socialistas deberían ofrecer un programa compacto, único, diferenciado, fundamentado en la ideología y ofreciendo gestión en base a unos (sus/mis) principios filosóficos. Y todo ello de cara, sin entrar por puertas traseras. Quizás en la oposición haga frío, pero es una actitud mucho más sostenible para un proyecto a largo plazo, que la táctica de pillar todo lo que se pueda. Apuntó Churchill en su momento, antes de la segunda guerra mundial en relación al tratado firmado con Alemania que “France and Britain had to choose between war and dishonor. They chose dishonor. They will have war”. Porque ya veremos como se lo pagan algunos de esos socios (que también harán sus cuentas y a los que no les ha ido especialmente bien)

Y ojito con el adversario, porque si el PP esconde sus bestias negras (como ha pasado en esta campaña con Acebes y Zaplana, aunque se les escapó Aznar, pero ya está amortizado, es historia) demuestra que tiene líderes locales con tirón e imagen de gestores centrados. Experimentar con esta estrategia les ha ido bien, y no olvidemos que son ellos los que plantearon esta campaña como unas primarias. Obviar que harán algo parecido en las generales sería un error.

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