El ínclito portavoz del PP, Eduardo Zaplana, ha acusado al gobierno de "radical" por la decisión del Ministerio de Fomento de retirar la estatua del último dictador que tuvo España, Francisco Franco. Dice que este acto "abre heridas". Pues no señor, si alguien se sintió herido fueron precisamente las víctimas de la dictadura. Por lo tanto, en todo caso, este acto, las cierra.
Por cierto, que esta decisión estaba avalada por una iniciativa del Congreso de los Diputados.
No es de extrañar entonces que, si esto le ha parecido radical, cualquier acción del actual gobierno (aunque sea puramente administrativa) sea adjetivada con lo que ya nos tiene acostumbrados este paladín de la derecha.
Lo bueno de esta anécdota, es que han dejado bastante destapados sus límites.
17.3.05
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